
Las uñas son barreras naturales que nos protegen de elementos externos, por tanto, es muy difícil de penetrar. Si es cierto que el agua y los aceites pueden pasar por las capas superiores de las uñas pero no llegan a la parte más profunda (lecho de la uñas).
Esto quiere decir, que cuando compramos un producto de uñas como un fortalecedor o un hidratante, en realidad, estos productos se quedan en las capas más superficiales y no van a cambiar la morfología o el crecimiento natural.
Los aceites, en realidad, no hidratan sino que más bien ayudan a prevenir la deshidratación porque lo que realmente hidrata es el agua. Las cremas y las lociones, tienen un alto contenido en agua y aceite unidos por un emulsionante que hace que estas dos sustancias puedan permanecer unidas. De esta manera, el agua penetra en las capas de la uña y el aceite crea una barrera que hace que el agua no se salga con facilidad y se siga acumulando, además, los aceites añaden lubricación a las capas más superficiales para que estas puedan seguir creciendo con más facilidad aumentando la flexibilidad.
No todos los aceites tienen las mismas propiedades y no penetran igual, para que puedan penetrar su textura ha de ser ligera y de baja viscosidad (ejemplo aceite de aguacate), eso significa que sus moléculas son lo bastante pequeñas para pasar por los poros. Los aceites más densos y con mayor viscosidad, son los que se llaman oclusivos porque crean una barrera en la parte más superficial de la uñas y de la piel, evitando que el agua se evapore, ejemplo, los aceite minerales y de silicona. Esto también funciona en el otro sentido, protege la piel y las uñas de la penetración excesiva de agua.