
Un gran mito de la estética es que las uñas necesitan respirar. En realidad, ¡no necesitan respirar!
Las uñas
No tienen un sistema respiratorio y, por lo tanto, no necesitan aire exterior. El 100% del oxígeno que las uñas necesitan, se encuentra dentro de la sangre que fluye por el lecho ungueal y no en su exterior. La placa no puede absorber ni aire ni nutrientes, ya que es una capa impermeable.
Todo lo que necesita la uña proviene de su interior (matriz). Tanto los aceites esenciales como los cosméticos hidratantes de uñas se quedan únicamente en las partes más superficiales, haciendo que las uñas sean más flexibles y resistentes, pero no cambian la manera en la que crecen.
En algunos casos, las manchas también se producen por sequedad de la placa. Esto suele suceder por exceso de limado o por sensibilidad a algún componente en el esmalte.
En resumen, las uñas no necesitan respirar como tal, lo que sí podemos hacer para mantenerlas sanas es utilizar productos de calidad. También podemos realizar tratamientos de manicura con aceites calientes y cambiar el esmalte con regularidad.